POLOS INVERTIDOS
El campo magnético terrestre es resultado de la interacción de los núcleos interno y externo de nuestro planeta -compuesto el primero por hierro en estado sólido y el segundo por una aleación líquida de hierro y níquel- junto con el movimiento de rotación terrestre.
Ello crea un proceso de dinamo que convierte la Tierra en un enorme imán.
Por razones que no están claras, la intensidad de campo magnético terrestre varía y cada cientos de miles de años, los polos magnéticos se invierten, en un proceso que deja su huella en las rocas.
Cuando, por ejemplo, la lava se enfría, partículas de óxido de metal quedan "congeladas" en la dirección del campo magnético existente, lo que permite que los científicos puedan saber la posición de los polos en un momento determinado examinando y datando muestras de esa lava.
Ahora, estudiando los sedimentos de un antiguo lago expuestos en la cuenca Sulmona de los montes Apeninos, al este de Roma, en Italia, los científicos de la UCB han podido constatar que la última inversión de los polos de nuestro planeta se produjo en menos de 100 años.
Debido a que los sedimentos del lago se depositaron a una velocidad alta y constante durante un período de 10.000 años, los científicos pudieron datar la inversión magnética en aproximadamente 786.000 años.
Esta fecha es mucho más precisa que la obtenida por estudios anteriores, que situaban la reversión hace entre 770.000 y 795.000 años.
Incertidumbre
